Andaba el otro día por Internet y caí en una página . en la se que decía que
“El suicidio supera al tráfico como mayor causa de muerte no natural”... ya que desde el año 2006 el suicidio ha aumentado en un 4,6%, mientras que desde ese mismo año, la mortalidad viaria ha bajado en un 29%.
No estoy muy segura de que el suicidio no sea causa de muerte natural, si se considera muerte natural a la muerte que sobreviene como resultado de una enfermedad. La causa del suicidio suele ser la enfermedad, si no del cuerpo, del espíritu.
Por la cabeza de la mayor parte de las personas que se suicidan pasa –de forma mas o menos puntual- un cúmulo de pensamientos negros de impotencia, odio o –incluso- venganza.
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¿Quién sabe lo que pasa por el alma humana en esos momentos???. Lo que parece seguro es que todos ellos habían abandonado, como a las puertas del Infierno., la esperanza de encontrar nunca mas la felicidad.
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Desde que puedo recordar en lo mas lejano de mi niñez, en mi familia nunca se ha filosofado sobre el éxito, el dinero o el poder, pero si, y con bastante frecuencia, sobre la felicidad.
Tras mis larguísimos años de existencia he ido acumulando pequeñas claves, trucos, que han hecho de mi vida algo bastante agradable. Claves personales e intransferibles, pues cada uno pone la felicidad en una meta diferente, y no valen fórmulas universales. Cada cual tiene que buscar su lugar bajo el sol.
Aunque la dicha, como digo, es una búsqueda personal, hay desde mi punto de vista dos ideas alrededor de las esta gira.
La primera, (según, acostumbraba a decir mi padre), es que “La Felicidad Se Lleva Dentro”.
El autor de la segunda es el francés Sartre, .que pone en boca de uno de sus personajes la frase “El Infierno Son Los Otros”
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Hablando de ello un día, alguien muy próximo a mi, terminó resumiendo estas dos ideas en una sola:
“Imagina que te coloco unos auriculares con la sinfonía mas sublime, con la canción mas inspirada:
Si tu eres incapaz de apreciar la música, No Puedo Hacerte Gozar” (porque la felicidad se lleva dentro)
“Pero si elevo el sonido, cada vez mas alto, cada vez mas agudo, Puedo Torturarte Hasta Romperte Los Tímpanos” (porque el infierno son los otros)
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Que nos levantemos cada mañana prestos a sacarle a la monótona vida diaria hasta la última gota de jugo.
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Que nos acostemos cada noche pensando si no habremos sido el infierno de alguien.
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Y lo escribo hoy, día nueve de marzo, con el recuerdo del 11-M en la mente, deseando desde estas páginas que algún día vuelva la paz y el consuelo al corazón de víctimas y familiares.
